viernes, 26 de septiembre de 2008

Cronica de mi enredo Riverista.



Anahuacalli.



La casa en el gran valle

de piedra estas labrada


Pieza de historia moderna y

De culturas milenarias

Como entrecruce de caminos

por el maestro fuiste planeada.







Todo empezo en el mes de febrero donde por artes de los accidentad

os caminos de juan sin tierra, que me dejo varado en el mundo defeño son ton ni son.


decidi que debia de encontrar anque sea lo suficiente para comer y fue mi busqueda la que me llevo a este maravilloso lugar, que desde el primer dia, me robo la vista y parte del corazon.

una caja de piedra, guardiana de milenarios habitantes, los cuales a falta de habilidad literaria seran descritos ellos mismos.



viejo y valiente amigo.





La imagen son mas que mil palabras, pasar a diario y contemplar a este sañudo personaje, formo mi determinacion desde antes de saber que a pesar de manchas, humedad y malos tratos, te observa vigilante de mantener el rumbo ideologico y de trasnformar al mundo en un lugar mas justo.


Viva la luminosa Trinchera.














El Lucero de la mañana.


Recordandome por la mañana y por la tarde que sin importar tiempos guerras y traiciones y traidores, sigo aqui. siendo el primero que sale por la madrugada y el ultimo que se va por la tarde. el legendario Tlahuizcalpantecutli.

martes, 16 de septiembre de 2008

a la republica española

Se van llevando la memoria,
queda en la historia una mancha, un borrón.
Mientras el resto sufre amnesia,
un viejo recuerda una canción,

de aquella lejana batalla
donde pudo morir,
en una guerra no ganada,
a veces me pregunta por ti.

Se cree aún en la trinchera,
otra bandera, de otro color,
solemne en su viento ondea,
sobre la cima y en su salón.

A veces habla con fantasmas
de cuyo nombre se olvidó.
Vencidos, nunca regresaron
de su exilio interior.

Ni un momento, ni un recuerdo,
para los que perdieron, los que construyeron
la tumba, el mausoleo,
de la miseria, del carnicero.

¿Cómo esperas ganar sin ellos
las batallas que anteriormente perdieron?
Si han de callar, que callen aquellos,
los que firmaron pactos de silencio.

Tratan de convencerle, abuelo,
las explosiones han terminado.
Pero cuando sale a la calle,
Madrid parece bombardeado.

Y lee escritos en los muros,
gritos contra los que luchó,
y personajes de rostro oscuro
que le inculcaron el terror.

Y un día, sin darnos cuenta,
el viejo, con sus historias, se consumió
Y en la memoria de su nieto
sólo una huella, un leve borrón,

de aquella lejana batalla,
donde pudo morir,
en una guerra no ganada
donde luchó por ti.

Donde luchó por ti.


al abuelo y a todos los viejos republicanos

lunes, 15 de septiembre de 2008

dia de la independencia????

15 de septiembre de 2008, faltan dos años para el bicentenario de uno de los mas importantes eventos para todos los mexicanos, al menos para los que esto consiste en adorar un trapo de colores, heroes de bronce olvidados en avenidas y plazas.

la pregunta de estos momentos seria preguntarse uno mismo independencia de que? de el Reino Español, bueno si en cierta medida tomando en consideracion una guerra de independencia provocada, pactada y firmada por españoles.

de la burguesia?

una independencia en la que tomo parte intelectual la flor y nata de las colonias tales como Miguel Hidalgo, un cura criollo de padres españoles.

Ignacio Allende, un criollo al servicio de la voluntad de españa hasta que no le dieron el cargo que el sentia que merecia por eso se unio a la revuelta.


y asi podria contar a la mitad de los heroes que tomaron parte en esta contienda, que quede claro que esto no es una critica a ese movimiento como tal que removio las conciencias de la america latina y que su valor de trasnformacion de una sociedad no esta en tela de juicio.


por el contrario el simple y llano comentario va a si realmente somos lo independientes que creemos, el banco internacional nos tiene tomados por los ... mejor no le sigo... con prestamos pedidos por los incontables gobiernos.

Nosotros enfrascados en luchas politicas fratricidas, nos acabamos de dividir el pastel de las culpabilidades que van desde las esferas mas basicas a las mas altas pasando por las de intelectuales vendidos, servidores culturales amafiados en grupos de poder que solamente pretenden producir cultura ad hoc para la epoca y el momento, olvidando el valor fundamental que tiene la cultura en un pueblo.



La Mafia y la cultura, o mas bien la mafia de la cultura????


Las elites culturales una creacion...

viernes, 5 de septiembre de 2008

recuerdos vagos de un aprendiz de brujo.


el puntalito.


Ando mal del apetito
es muy poco lo que como,
me sobo bastante el lomo
pues mi trabajo es durito.
De Veracruz yo solito
salí el otro día temprano,
siete plátanos manzanos
me comí en boca del río
y pa' no sentir el frío
un toro de chabacano!

Me bajé en Paso del Toro
a echarme una botanita:
medio kilo de carnitas
que casi valen un tesoro,
para salir del azoro
de masa pedí un tamal,
café con leche, un cidral,
plátanos con mantequilla,
medio kilo de tortillas,
huevo frito natural.

Un jugo de piña helado
me sorrajé en La Laguna
y ya sin pena ninguna
me enfile rumbo a Alvarado,
ya llevaba yo pensado
hacer una alto en Salinas
a tomar “jobicilina”
antes que otra cosa hacer
y allí me logré comer
la mitad de una gallina.

Yo llevaba de botana
la pierna de un armadillo,
me bajé en Arbolillo
a echarme una campechana.
No me quedé con la gana
de un torito de limón,
pa’ hacer buena digestión
y comí con precauciones
ocho docenas de ostiones
y un kilo de camarón.

Llegué a Paso Nacional
con mas hambre que un coyote,
me bajé del carro al trote
y me comí otro tamal.
Con atención especial
me hicieron una sangría,
la tomé con alegría
y luego con mucho afán,
avancé hasta Chocotán
y me comí una sandia.

Ya con ese puntalito
llegué a Lerdo sin problema,
solo pensando en la cena
que era un potaje exquisito,
mi mujer me dio bollito
de elote con mantequilla
y me preguntó Costilla,
¿Qué otra cosa has de querer?
y le dije ¿qué ha de ser?
carne asada a la parrilla.

Toda la noche dormí,
aunque sin probar bocado
y aunque estaba yo acostado,
mucho apetito sentí.
A mi mujer le pedí,
muy temprano, antes de pararme,
algo que pudiera darme
pa’ calmar el padrejón,
no crean que soy comelón
no me gusta mal pasarme.

de Constantino Blanco Ruiz - Tio Costilla

viernes, 29 de agosto de 2008

EL VIAJERO


He andado muchos caminos, he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares, y atracado en cien riberas.

En todas partes he visto caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos borrachos de sombra negra,

y pedantones al paño que miran, callan, y piensan que saben, porque no beben el vino de las tabernas.

Mala gente que camina y va apestando la tierra...

Y en todas partes he visto gentes que danzan o juegan, cuando pueden, y laboran sus cuatro palmos de tierra.

Nunca, si llegan a un sitio, preguntan adonde llegan. Cuando caminan, cabalgan a lomos de mula vieja,


Antonio Machado.

viernes, 15 de agosto de 2008

Cuando a Itaca vayas...


Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca
debes pedir que el camino sea largo,
lleno de venturas, lleno de conocimiento.
Debes pedir que el camino sea largo,
que sean muchas las madrugadas en que entres
en puerto que tus ojos desconocían
y vayas a ciudades a aprender de quienes saben.
Ten siempre en tu corazón la idea de Ítaca.

Has de llegar a ella, ese es tu destino,
pero no fuerces jamás la travesía

Es preferible que se prolongue muchos años,
y hayas envejecido ya al fondear la isla
enriquecido por todo lo que habrás ganado
en el camino sin esperar
que te ofrezca más riquezas.

Ítaca te ha dado el hermoso viaje,
sin ella no habrías zarpado.

Y si la encuentras pobre,
no pienses que Ítaca te engañó.
Como sabio en que te habrás convertido,
sabrás muy bien lo que significan las Ítacas.

Citado en: García Blanco, Ángela.

lunes, 11 de agosto de 2008

Hijos del jaguar.


Caminos recorres señor de las limas,

hijo de hombres y jaguares.

descendiente de dioses y de constructores.
señor de los cuatro soles.
es el que ilumina tu camino
leyenda de los montes y de los rios.


Vuelve generoso protector a caminar entre las selvas
que sin perdon ni verguenza destruyen tus hijos predilectos.

hijos de la guerra y la obsidiana tala tu casa sin descanso,
alimenta las bocas de tus verdugos
con lo que generosamente le regalas.


levantate y viste la piel del jaguar nuevamente.
destruye a los traidores que de tu suelo se apropian.
para construir hoteles y desterrar a tus descendientes.

jueves, 7 de agosto de 2008

Salvatierras

El camino lo ve todo lo que pasa. Y el que vive en el camino sabe mucho.
Yo averiguo cada huella, cada casa, cada bestia, cada muerte.
Eso sí, por nada Platico lo que encuentro.
Es de mucho peligro.
Capaz quedo en algún roble Igual que un judas, pa’ alegración de los zopilotes.
El Martín Tzotzoc tuvo mala suerte.
¡Si no va a ser mala suerte irse a topar con un trabajo de los Salvatierra! Todo lo vio.
Desde que se lo pusieron al toro la gaza, hasta que se lo fueron llevando jalandito.
Luego, el Encarnación Salvatierra regresó para borrar las señas, y allí se lo encontró.
El Martín dijo que no iba a decir nada pero el Encarnación no muy le quiso hacer caso,
¡No más se lo pepenó del pescuezo y se lo llevó pa’l roble!
Allí lo encontraron columpiándose, con un mosquero que ni dejaba echar la bendición siquiera. Mala suerte del Martín Tzotzoc.
Yo desde ese ínter, me hice la obligación de no decir nada.


Del libro de Benzulul. Chiapas y sus leyendas.

lunes, 4 de agosto de 2008

Bandera Roja y las luminosas trincheras de combate

BANDERA ROJA

De los Andes hasta los mares
rugen las masas embravecidas
enarbolando bandera roja
iniciamos la Guerra Popular.

Desplegando las guerrillas
va floreciendo la nueva aurora
conquistando bases de apoyo
derrochando heroicidad.

Presidente Gonzalo
Jefatura del Partido y la revolución
con pensamiento Gonzalo hoy tenemos
realidad bélica actuante
son diez años de pujante y victoriosa
e invencible Guerra Popular

Demolinedo los viejos muros
desarrollamos las bases de apoyo
nos acercamos a la conquista
del poder total en nuestra patria.

Comités Populares abiertos
brillando a la luz del sol
desarrollemos la Guerra Popular
y construyamos la conquista del poder

Proletarios del mundo marchemos
al Comunismo meta final
pueblos del mundo unidos marchemos
al Comunismo meta final.

miércoles, 23 de julio de 2008

Cempoala

LA HIDRAULICA EN CEMPOALA VERACRUZ.

INTRODUCCION:

El presente trabajo de investigación ha sido llevado acabo basándose en la tesis de licenciatura de Jaime Cortes Hernández,

La tesis se centra principalmente en el aspecto relacionado con la hidráulica en el centro urbano, en su posible funcionamiento y su articulación dentro de una zona urbana, es también importante destacar que busca entender la relación entre el medio ambiente y los recursos naturales con este centro urbano. A demás por medio de los restos materiales el trata de sacar una relación fidedigna de la temporalidad de estos sistemas, sus desarrollos y sus orígenes.

MARCO TEORICO ABORDADO POR EL AUTOR.

El simple hecho de encontrarse hablando de un pueblo, villa o centro urbano nos arroja la pregunta de sus orígenes y de cómo fue posible que se comenzara a aglomerar un conjunto de personas alrededor de un centro ya sea religioso o simplemente económico. Bueno para comenzar mencionare uno de los importantes por que de la aglomeración de personas para formar poblados en un lugar determinado. El ser humano siempre ha estado ligado y estará ligado al agua, este elemento primordial no solo como sustento sino también como vehiculo para el desarrollo de una cultura, además de medio de trasporte etc...

Como se menciona es impulsora de una gran cantidad de industrias desde tiempos inmemoriales hasta nuestros días ya que sin ella la agricultura y la vida misma no podría existir.

Esta tecnología Hidráulica, muchas veces ha llegado a determinar los modelos de producción podríamos mencionar muchos ejemplo en todo el mundo, ciudades como Babilonia, Egipto, Tenochtitlan, tuvieron un desarrollo hidráulico de gran envergadura, tanto que este sistema de producción no solo sirvió del sustento de la ciudad misma si no que además de producir excedentes para comercio, dio impulso a desarrollos tecnológicos impresionantes, tal ejemplo que se acomoda a esto es la ciudad de Tenochtitlan de la cual los mismos conquistadores españoles en propias voces, mencionaron la maestría y adelanto con el cual estaba realizado el trabajo en puentes acequias y canales que fueron encontrándose y siendo para ellos motivo de sorpresa y admiración.

Cuado una población en procesos civiles aumenta su demografía, se crea la necesidad de la generación mayoritaria de recursos para las personas habitantes de ese lugar, lo cual a su vez produce un incremento en la búsqueda de mejoras en la tecnología de producción, la producción del de ser artesanal o personal, en el sentido de que ya es necesario comenzar a pensar en un producto interno bruto por llamarle así de una manera que sea capaz de cubrir las necesidades no solamente de un reducido grupo si no ya de una sociedad conformada, esto a su vez producirá una licitación o control de una producción siendo necesario la creación de nuevas esferas del servicio publico o en el caso de las ciudades prehispánicas, de una elite que se encargara de regular y repartir de manera equitativa estos productos así como de conservarlo mejorarlos. Esto mismo a su ves produjo de manera inevitable que al alcanzar un grado de producción de cierta magnitud, se pudiera comenzar a intercambiar este excedente de producción (ósea lo que ya no era necesario conservar para el consumo del centro urbano) propiciando así unas relaciones comerciales. Además de producir muchos otros elementos como la estratificación social (lo que ya se menciono con la creación de nuevas elites) y una definición de espacios dedicados a habitación y a áreas de actividad de la siguiente manera:

Áreas de producción: campos de cultivo, micro ambientes y ecotipos (mencionado por Jaime cortes)

Áreas de consumo: mercados y lugares de adquisición de los recursos.

Áreas de gestión: legislación y mediación social e ideológica.

Intercambio: lugar en donde se llevan acabo los intercambios que tienen efecto entre consumidor y productor ya sea por circulación o por comercio.

Para irnos acercando a nuestro tema de la ciudad de Cempoala, es necesario hacer un rápido repaso sobre el inicio de la hidráulica en Mesoamérica. Desde el primer milenio el conocimiento hidráulico ya era usual en el área mesoamericana (Jaime Cortes Tesis “la hidráulica urbana de Cempoala Ver…) ciudades como Santa Maria Tehuacan, San Lorenzo etc. conocían el manejo d la hidráulica prueba de ello es la existencia de canales subterráneos a los cuales se les a adjudicado usos ceremoniales los cuales ya nos dan a entender de que no eran de reciente manufactura el ¿por que? Pues por el simple hecho de que los procesos culturales para poder llegar a ser un concepto religioso el uso de estas tecnologías, necesitaban haber primero cruzado por el uso económico y social para poder convertidse en un concepto religioso. En el área de Tlaxcala entre el 1200-1800 a.C. se da la Aparicio de canales de riego y se inicia la agricultura por riego en esta zona lo cual nos habla a su vez de un periodo de prueba y de aprovechamiento de la misma.

CEMPOALA.

Ya entrando de lleno al tema que maneja el autor, se menciona la apar4icion de canales de desagüe y d probable riego en el centro ceremonial de Cempoala, teniendo en cuenta que la producción agrícola estaba apoyada por un sistema de riego que acrecentaba la producción por mas de dos veces al año satisfaciendo las necesidades que tenia el centro urbano[1].

La zona habitacional aproximada según los investigadores es de 340000 m2 y de 7040 ha[2]

Las evidencias encontradas en cempoala nos proporcionan los datos necesarios `para mencionar que el sistema hidráulico tenia una extensión enorme comparada con la de otros sitios, conjuntos de ductos y canales cubrían las necesidades de abasto y de riego en las zonas de producción. Y ya que la producción agrícola era la principal fuente de ingreso de la urbe es lógico pensar la gran importancia de este sistema hidráulico.

Los productos cultivables ofrecían una base para el sostenimiento de una población de mas de 20000 habitantes[3] de acuerdo a los datos que se tienen acerca de la capacidad productiva de los suelos, y de su expansión en el área de Cempoala se puede hacer una relación sobre su población. Se cree que aproximadamente el consumo de maíz en la población por año era de 2500-4016.25 toneladas de maíz o productos agrícolas. Mientras que actualmente con ayuda de sistemas de riego en la región donde esta asentada cempoala se obtiene a razón de 3 toneladas de maíz por hectárea, si se multiplican las estimaciones obtenidas, se encuentra un total de 35496-20736 toneladas de producción anual esto nos da un rendimiento bastante alto sobre la producción en una sociedad que recordemos estaba poblado por alrededor de 4000 familias de 6-8 integrantes.

Uno de los porqués de las altas densidades de población es el gran desarrollo urbano social y político [4]

Esto a su vez produce un largo sistema estratificado social y políticamente (sin contar en este momento el religioso que como sabemos tenia gran influencia social y política en las sociedades mesoamericanas)

El área principal o de gestión (sistema amurallado) es donde se asientan los organismos oficiales sobre el que gira la vida política de la urbe son los encargados de distribuir repartir y controlar los bienes y servicios que los moradores han producido.

Como consecuencia de la formación de este núcleo de gestión se produce una desigualdad social entre campesinos y productores a menor escala y los reguladores de los medios de producción.

Además de esto el poder sobre el abasto de agua por parte de esta área de gestión produce no solo dependencia del grupo productor sino el hecho de controlar el agua, y no solo el agua sino también el conocimiento del sistema, hace que dependan de manera directa o indirecta todos los demás estratos sociales de la urbe, por ejemplo, dependen también, los artesanos dedicados al trabajo en cerámica ya que sin el elemental liquido es imposible llevar acabo su trabajo. Así toda la gente destinada a la proporción de bienes y servicios depende directamente de este sistema hidráulico.

Dentro de el concepto de importancia social y política que encontró el conocimiento hidráulica en cempoala, es necesario mencionar también el concepto religioso, reflejado en todas partes en la arquitectura no solamente de canales sino de representaciones de el dios de la tierra que tiene forma de batracio, en el templo del dios del aire, el templo dedicado al dios de los comerciantes, lo cual nos arroja una importante información no solo de carácter arquitectónico si no de corte social y religioso, la cual esta representada en forma de rana en algunas construcciones, nos da a entender la importancia religiosa que tenia los animales acuáticos y nos da también a entender la importancia religiosa de este elemento en la sociedad. Mientras que alas representaciones del dios de los comerciantes, nos da a entender de su privilegiada posición económica arrojada de los excedentes agrícolas que ya se mencionaron anteriormente y que les daba la capacidad de comerciar con ellos dentro y fuera de Mesoamérica.

CONCLUSION.

sUna de las principales conclusiones es: la importancia de la hidráulica como modelo tecnológico en cempoala.

sLa importancia de la hidráulica como modelo social y de estratificación de clases.

sLa importancia del agua dentro de las sociedades mesoamericanas y su irrompible relación con el ser humano tomando el agua como parte del medio ambiente que influye de manera concreta sobre los sistemas sociales políticos y religiosos en cempoala Veracruz.

sLa importancia que le da el autor a la relación medioambiente-cultura-humano, proponiendo a su vez una metodología dentro de la teoría ecológico-cultural.

sEl estudio a partir de los restos materiales que hace sobre los tipos cerámicos y la constitución de los canales como medio comparativo del avance tecnológico entre una urbe y otra.

sLas necesarias comparaciones que hace entre varios sistemas hidráulicos no solo de Mesoamérica sino a nivel mundial convencido de la importancia de las mismas como vehiculo de desarrollo.



[1] Ya se hizo mención de lo que produce el hecho de empezar a tener excedentes en una producción así como la complementación de la tecnología por medio de los avances en los modelos de producción.

[2] Payon G. 1944. Bruggerman 1979.

[3] Krickber 1933/ Medellín Zenil 1952. Payón 1944.

[4] Ya se menciono en un principio el por que.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Frida con machetes!!!



18 de marzo...
Aqui de nuevo en la noche sin poder dormir y con pensamientos teluricos que pasan por mi mente..El escritorio de la computadora y una foto vieja; me movio a repetir el intento de sacar por medio de letras las ideas revueltas y plasmarlas de manera irregular aqui.
El marco:el palacio de bellas artes. el centro... el rostro ensimismado de la version francesa de mi Frida, combativa, convencida y talentosa. la tecnica... un pelicula vieja, llevada por mi extravio, fantasia o mera suerte al cuerpo de la camara que la inmortalizó en un viejo y granulado papel; merced a la maravilla tecnologica cayó a la computadora como registro de mi vida.. y no solo de la mia!! sino de lo que me rodea.
Visiones de un momento de convencimiento, de conciencia social, de defensa, de lujuria desenfrenada y por que no, de una vida mas allá de la vida cotidiana.Meses de diversión exótica, de regresos y de idas de peleas y reconciliaciones, que al final hicieron de esta parte un tormento delicioso.Nunca dije algo mas de lo que hubiera podido desear, ella llevaba una vida y yo otra.ella tenia un convencimiento y yo un jolgorio de diversión. la pasamos bien como complemento uno del otro; solo que al final sabiamos que eso quedaria reducido a un recuerdo...un recuerdo borroso y mal revelado de una pelicula vieja !

viernes, 16 de mayo de 2008

A DUERME VELA.


Hoy que te vi por la mañana, te me quedaste atorada entre ojo y corazón, no se por que, sin embargo aquí estas y no te pude sacar de mi cabeza.

He pasado varios días tratando de indagar que pasa por tu cabeza y por tu corazón, he hecho desde las más absurdas suposiciones hasta las más brillantes conjeturas, sin embargo, al final siempre llego a ese callejón sin salida que son tus ojos profundos, que me miran pero no me hablan.

Se que me vas a decir que a mi que me importa y tal vez tengas razón, es una mala costumbre la que tengo de tratar de entender todo y a todos , sabiendo que a veces es mejor comprender y retirarte con el buen sabor de boca de no meterte en los asuntos de los demás.

Por el otro lado se que amas con pasión y con entrega, para eso no necesito ser un genio, se que tienes miedos y sin sabores. Se que te han herido y que seguramente como cualquier otro ser humano has herido. Eso ni me asusta ni me sorprende al final, todos estamos en el mismo camino, que tiene varias caras; Unas blancas y otras negras.

Te he visto caminar con la seguridad de la mujer a la que no le importa lo que digan los demás, se sabe bella por que es ella misma.

Sabes perfectamente que atraes mi mirada y no giras la cabeza, sonríes con la seguridad de que me tienes atrapado en una fina red formada por tus ojos, por tu cadencia al caminar y por tu modo de sonreír, sabes que aunque me hago pendejo (agotadora y vana tarea) solo doy vueltas a tu alrededor, como abeja en busca de la flor.

Sabes que me quitas el sueño y que me haces pelotas la razón, que cuando pienso que ya entendí algo te encargas de hacerme ver que en realidad, no entiendo nada.

Con tu sonrisa confundes a mi razón y con tu indiferencia a mi corazón.


Afortunado el que descanse en tu mirada y repose su cabeza en tus brazos.

Afortunado aquel que se duerma arrullado por tu respiración.

Afortunado aquel que comparta tus risas y que limpie tus lágrimas.

Afortunado aquel que como sediento fedayin, encuentre en tus labios su oasis y en tus brazos la sombra en la que repose su corazón.




Carlos Carvallo

Por nombre de batalla Garatuza

¿Quien Soy?

¿Quien soy?

Soy aquel al que la razón sojuzga desde el primer minuto de la mañana hasta el último segundo de la noche.

Soy aquel que siente y que nunca habla.

Soy aquel que dominado por el ego, hijo de la razón, no te puede decir te quiero.

Soy aquel que cree que la palabra no hace al hecho y que la vida tiene facetas inconmensurables e incomprensibles.

Soy aquel que cree que la razón es el centro de la vida olvidando que a veces los sentimientos nos llevan a lugares donde no esperábamos estar y que sin embargo estamos.

Soy aquel que combate a la depresión con la ironía, y a la tristeza con sarcasmos.

Soy aquel que se burla de si mismo antes que burlarse de los demás, sin dejar al mismo tiempo de vivir en la continua risa por el sin sentido de la existencia.

Soy aquel que teme estar solo, por eso siempre esta consigo mismo.

Soy aquel que cree que la vida se entrecruza con más vida.

Soy aquel que cree que asesinar al prójimo es asesinarse a uno mismo por que todos somos parte de todos.

Soy aquel que cree que tengo tanto de todos, como todos tienen tanto de mi.

Soy aquel que cree en las diferencias como un fundamento para el enriquecimiento de la vida, no para su división y su separación .

Soy aquel que dejo de buscar por que dejo de necesitar.

Soy aquel que cree que no es más rico el que más tiene si no el que menos necesita.



Carlos Carvallo
por nombre de batalla Garatuza

lunes, 12 de mayo de 2008

La Vida

Soy amigo de la vida por que ella me ha dado todo
felicidades, tristezas, logros y fracasos.
Algunas personas dicen que la vida no es justa
que unos tienen mas de lo que merecen
que tienen mas de lo que merecen por lo que trabajan.

Pero la vida no es justa ni injusta.
la vida es.
yo estoy feliz con la vida pues me ha dado lo mas valioso que tengo
me ha dado libertad para vivirla
y me ha liberado de los estorbos que hacen mas dificil mi caminar
me regalo libertad para irme cuando quiero irme
me regalo libertad para quedarme cuando deseo quedarme
me dio libertad para pensar lo que creo y para creer en lo que pienso
me hizo libre para volar lejos y para regresar de lejos
me hzo libre para caminar y me hizo libre para correr
me hizo libre de amar y de decidir aquien amar

me hizo libre para pensar que el tiempo es mi amigo y no el cruel juez de mi destino
me hizo libre para decidir que lo mas importante para mi es mi libertad...


Gracias por darme la libertad para decidir ser libre.

La Tigresa

PRÓLOGO.

El 25 de agosto de 2003, en una vieja y sombría casona de Matamoros de la Laguna, Coahuila, México, una anciana desdentada y de edad inverosímil puso en mis manos un polvoriento legajo, tras decidir, luego de un largo interrogatorio, que yo era el indicado para recibirlo. El legajo terminaría por meterme en una aventura absurda, no sin trastocar mi idea del mundo, así que empezaré por contarles la manera en que me hice de él.

Se supone que estoy hurgando en viejos papeles, para escribir una historia de la Intervención Francesa en el noreste de México. En los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional pude reconstruir aceptablemente los pasos de los grandes caudillos de la región, los generales Mariano Escobedo, Jerónimo Treviño y Francisco Naranjo, pero la pequeña guerra, su sustento social, la organización de las innumerables guerrillas, se me escapaban.

Personajes asombrosos, luminosos y sombríos aparecían a cada vuelta de página para desaparecer en el folio siguiente y esconderse en una esquina, en un rincón del desierto, en una página que nadie escribió, en un parte de guerra nunca rendido. Entre todos ellos apareció un Juan de la Cruz Borrego, un personaje de novela (de hecho, lo es), oriundo de El Gatuño, municipio de Matamoros, Coahuila.

Curiosamente, yo acababa de publicar un librito, con cierto éxito, sobre el general de división Benjamín Argumedo Hernández, un general revolucionario... bueno, no importa, lo que importa es que Argumedo, “el tigre de La Laguna”, era también oriundo de El Gatuño, donde nació unos años después de la muerte de Juan de la Cruz Borrego, de modo que la gente de la región me conocía. Quiero decir, pues, que cuando llegué a Matamoros para buscar algún descendiente de Juan de la Cruz Borrego o de alguno de los veinte bragados que con él se la rifaron, método que en otras ocasiones me había permitido acceder a documentos e informes valiosísimos, no tardé en ser enviado con “doña Eme”.

Nunca supe de quién descendía la anciana de frágil y ruinoso aspecto, pero vivísima memoria y aguda inteligencia, con la que hablé largas horas aquella soleada tarde. Hablaba de Juan de la Cruz Borrego, del general Jesús González Herrera y del presidente Juárez como si los hubiese conocido personalmente, mientras yo la escuchaba con avidez y me obligaba a no hacerle ascos a la taza de nescafé que debí aceptar.

Finalmente, puso en mis manos el legajo de marras y me suplicó, me exigió la promesa de que sólo yo podría leer el original, que sólo yo podría poner las manos y los ojos en él, aunque utilizara sus datos, aunque publicara su transcripción, aunque lo usara a mi conveniencia. Me pidió también que lo abriera esa misma noche, “aunque no pueda leerlo”.

Regresé a mi hotel, en la cercana ciudad de Torreón, subí seis cervezas heladas y abrí el amarillento legajo, para descubrir, desilusionado, que los elegantes trazos de negra tinta estaban en francés. Bien pude, de regreso en México, entregarlo a un traductor de confianza, pero una promesa es una promesa y, además, el idioma ese estaba entre mis asignaturas pendientes, así que me apliqué a ello y, a principios de mayo, considerando que podía enfrentarlo diccionario en mano, leí el texto que ahora traduzco para ustedes.




EL MANUSCRITO, parte 1


[Las dos primeras páginas del manuscrito se extraviaron en algún rincón del mundo. Puedo inferir que cuentan cómo se presentaron dos sheiks egipcios ante el rajá de Mompracem, llamado Sandokan, alias “el tigre de la Malasia”, y el maharajá de Assam, Yáñez de Gomara, “el tigre blanco”, dos individuos sumamente peligrosos a pesar de que ya hacía algunos años que habían doblado el medio siglo, y sobre los cuales se contaban historias fascinantes. El manuscrito, escrito en primera persona, parece salido de la pluma del rajá Sandokan. El que esto escribe tuvo posibilidad de comparar la letra del manuscrito con alguna carta a la reina Victoria, autógrafa de Sandokán, en el Archivo de la Foreign Office, Londres, Inglaterra.
Evidentemente, falta también la narración de un combate circense sostenido entre Sandokán y un tigre bengalí devorador de hombres. La habilidad mostrada en el combate por Sandokán, sostenido solo con armas blancas, atrajo a su puerta a los misteriosos egipcios].


Tras agradecer a Alá los dones que nos otorgaba y la buena comida que íbamos a ingerir, muellemente sentados en los abullonados cojines distribuidos en el suelo (salvo Yáñez que, Europeo al fin, permaneció de pie), el más viejo y más sabio de los sheiks, empezó a contarme una enrevesada historia:

-Debe saber usted, príncipe, aunque Alá es más sabio, que esta historia se remonta a una época más remota que el nacimiento del Profeta –al citarlo, el sabio anciano hizo una genuflexión-, cuando la palabra de Dios era aún desconocida en las fértiles vegas regadas por el Nilo, y sus habitantes se entregaban a las más absurdas y antinaturales creencias, vinculadas a demonios de los bosques y el desierto, que adoraban como a un Dios.

“La sacerdotisa suprema de uno de esos demonios encontró un terrible conjuro que le permitió alcanzar la vida eterna y poderes nunca vistos. Pero todo aquel que estudie las cosas divinas y humanas sabe que debe reinar el equilibrio y, si este se altera, inmediatamente debe ocurrir una reacción que lo restablezca.

“El equilibrio se restableció con el colapso de Egipto y su conquista por las legiones romanas. Desde entonces un país llamado a ocupar una posición privilegiada ha sido pasto de conquistadores de raza inferior y su pueblo ha sido condenado a la opresión y la miseria. Durante muchos siglos los sabios de Egipto buscaron la explicación de ese antinatural fenómeno, hasta que por fin, gracias a la verdadera fe y a las lecciones del Profeta –el anciano volvió a humillar la frente-, supimos que el equilibrio se había roto cuando una noble egipcia desposó a un bárbaro romano y, juntos, encontraron el conjuro de que ya le hablé.”

El anciano hizo una larga pausa. Creía estar oyendo un discurso sin sentido y agradecí que Yáñez estuviera lo suficientemente apartado de nosotros para que su espíritu racionalista no se conectara de inmediato con su nula solemnidad. Interrogué al sheik con la mirada, pues me faltaban palabras para penetrar su mundo. El anciano prosiguió:

-Descubrimos, ilustre príncipe, pero Alá es más sabio, que la vida eterna descubierta por aquella mujer, Bastee se llamaba, incluía que cada vez que cometiera el acto carnal se transformaría en una pantera sedienta de sangre, y sólo podría recuperar su forma humana devorando al infortunado mortal que con ella hubiese copulado antes de que el sol volviese a aparecer sobre el horizonte.

“Creemos, pero Alá es más sabio, que tienen otra forma de retomar su figura humana y preservar la inmortalidad, en la que tiene que ver, muy de cerca, algún nubio esclavo, en particular, cuya estirpe es tan antigua como la de las panteras humanas.

“Ese es su punto débil: sólo en su figura felina son vulnerables, y solo cuando la estirpe se extinga Egipto y Siria recuperarán el lugar que les corresponde en el concierto de las naciones”.

Se hizo un largo silencio: nadie hablaba, pues aunque fuera del alcance de la voz del anciano, todos nos miraban en silencio, incluido Yáñez. Conozco el valor del silencio y le sostuve largo rato la mirada, hasta que volvió a hablar.

-Se, ilustre príncipe, aunque más sabe Alá, que lo que os he contado suena inverosímil, pero en su momento os ofreceremos pruebas. Le he dicho que debe extinguirse la estirpe, pero, en realidad, sólo hay que golpear a la cabeza para impedir su reproducción. Como habéis demostrado hoy, basta un solo golpe; un golpe que solo puede darlo un varón, un guerrero legendario al que el mundo llame Tigre o León. Y cada vez que un golpe yerra, tenemos que esperar 200 o 300 años a que las panteras bajen la guardia.

Volví a interrogarlo con la mirada.

-Si, príncipe, hace 300 años fue el último intento: un Sirio de la más noble estirpe, un guerrero con nombre y corazón de león, Muley el Kadel, hijo del Pachá de Damasco, fue instruido por los sabios para conquistar el corazón de quien tendría entonces en su cuerpo el espíritu de Bastet, una bellísima guerrera, una joven llamada Leonor, duquesa de Éboli, que vestida de varón se hacía llamar Capitán Tormenta. Una dama de la más noble aristocracia napolitana...

-¿Napolitana? –rugí, tras mi largo silencio, de tal modo que Yáñez llevó la mano a la pistola.

-¿Hay algún problema, príncipe?

-Sí que lo hay: he prometido no pisar Italia nunca.

-En el nombre de Alá, mi señor, podemos desligaros de vuestra promesa, sólo pedimos que termine de oír.

“Aquel noble guerrero conquistó a la dama –continuó el anciano, tras la tácita autorización de mi silencio-. La siguió a Italia, la desposó y procreó con ella un varón. Siguiendo instrucciones nuestras, debía aguardar a que la joven cumpliera 25 años, pues esa noche reencarnaría Bastet en ella y, a la noche siguiente, acabarla. Pero el León se había enamorado, el corazón le falló y en lugar de abatir al engendro, murió él, a manos del esclavo El Kadur, ese nubio que siempre tienen a su lado las terribles mujeres pantera.

“En lugar de acabarla, la alertamos, pero han transcurridos 300 años y habrá bajado la guardia: es tiempo de intentar un nuevo asalto y, gracias al sacrificio del heroico León de Damasco ahora usted, el Tigre de Mompracem, sabe que hay que matar primero al esclavo”.

Pedí una pipa sin responder y llamé a Yáñez, porque lo necesitaba para tomar mi decisión, lo necesitaría si, caso de que efectivamente el sheik mostrase las pruebas de que hablaba, decidía al fin emprender una nueva aventura digna de mi nombre, tras tantos años inactivo.

Viejos papeles, testimonios “indudables” y algunas sangrientas notas de periódicos romanos no me convencieron como las expresiones de angustia de los ancianos que me las mostraron, como su convicción absoluta de que la historia que me habían contado, por insensata que pareciera, era real.

Una vez que me convencieron –aunque en mi hastío no hacía falta mucho para lograrlo-, el portavoz de los sheiks me dijo que tendría que llegar a Roma a mediados de agosto. En la ciudad eterna, todos los días a las siete de la noche, frente a las ruinas del Coliseo donde tanta sangre humana y felina había corrido, me esperaría su emisario, quien se identificaría conmigo con este cuarteto:

También el jugador es prisionero
-la sentencia es de Alí-
de otro tablero
de negras noches y de blancos días.

A la que debía yo contestar:

Dios mueve al jugador y este a la pieza
¿qué Dios detrás de Dios la trama empieza?

Me parecía un poco ridículo, pero el viejo sheik me explicó que esas palabras tenían un significado que... no le dejé explicarme: ya tenía suficiente de magias y conjuros.

Varias veces había surcado el Índico y dado la vuelta al cabo de Buena Esperanza en un pequeño y rapidísimo vapor que había mandado hacer en los astilleros de Liverpool: la “Perla de Labuán” (cuarto o quinto barco que bautizaba con ese nombre). Me acompañarían siete malayos y siete dayakos escogidos entre los mejores guerreros de Mompracem, además de mi buen Yáñez y el amigo Kamammuri, que sentía también que empezaba a enmohecerse.


II

Como caballero de la Jarretera y príncipe de un estado de la Commonwealth, solía ser aceptado en algunas cortes europeas, pero dada mi fe musulmana, no sabía cómo me recibirían en Roma, que gemía aún bajo la tiranía pontificia, de modo que una vez en el Mediterráneo puse proa al Adriático en lugar de al mar Tirreno, porque dos años antes, en París, había conocido al duque de Pescara, quien me ofreció su amistad.

Emilio de Ventimiglia, duque de Pescara, me recibió a todo tren en su ciudad, aunque indudablemente preocupado: los “camisas rojas” de Garibaldi tenían sitiada Roma, y aunque mi anfitrión era partidario de la unidad y había jurado lealtad al rey Víctor Manuel, demasiadas bandas armadas recorrían sus territorios, ya había tenido que enviar pólvora y trigo para alimentar a los garibaldinos. Como tantos aristócratas, Ventimiglia detestaba cordialmente a Garibaldi, a quien veía como un aliado incómodo y desagradable.

De cualquier manera, un salvoconducto suyo podría permitirme llegar hasta el Cuartel General de Garibaldi, aunque cuando le conté la historia que me llevaba a Italia, luego de una noche pasada en evoluciones de botellas, decidió acompañarme personalmente. Ya en el campamento de los patriotas veríamos el modo de introducirnos clandestinamente en Roma, donde Ventimiglia tenía aún buenas relaciones, a pesar de ser decidido partidario de la Unificación.

Escoltados
por mis quince compañeros y una veintena de mercenarios al servicio de Ventimiglia, nos trasladamos, no sin dificultades al campamento de Garibaldi, quien mantenía sitiada Roma sin combatir, pues esperaba que la segura caída del emperador de Francia bajo los golpes del creciente poderío prusiano, obligaría a los soldados franceses que se habían convertido en el último sostén de los Estados Pontificios a entregarle Roma sin necesidad de derramar más sangre italiana.


Ventimiglia me presentó al gran patriota, héroe de dos mundos y cuatro guerras, luchador incansable por la libertad, quién acogió gustoso algunas de las historias de mis combates contra el leopardo inglés. Yo miraba sus profundos ojos y su roja y larga barba, comparando la imagen del valiente general con la leyenda que acompañaba a su nombre. Era más o menos de mi edad y sus hazañas superaban a las mías, sin género de duda.

Cuando le dijimos que debíamos entrar a Roma, secretamente de ser posible, dijo que podía hacernos entrar a cuatro o cinco de nosotros, apoyado en la red patriótica que obraba en la clandestinidad dentro de la ciudad eterna.

Salíamos de la tienda del general cuando se acercó un camisa roja, de barba tan larga como la de su jefe, piel tostada por el sol, insignias de coronel y más o menos la misma edad, que se dirigió a mi en incorrecto francés:


-¿Es usted el Tigre de Malasia?

-Lo soy, ¿usted es...?

-El coronel Juan de la Cruz Borrego, mexicano, apodado el puma. Dadas las actuales circunstancias me resultaría extremadamente difícil encontrarlo frente al Coliseo, pero debo decirle que también el jugador es prisionero...

Cuando terminó de decir el acertijo aquel, me dijo que él, que era también un felino y un guerrero veterano (lo apodaban “el puma” en los desiertos de los que provenía), y que los últimos informes indicaban que debíamos ser cuatro los guerreros que habríamos de combatir la maldición, pues la terrible Bastet sospechaba mi misión, y sólo la acción simultánea podría vencerla. Los cuatro, dijo, seríamos el propio Borrego, el puma mejicano; mi fiel hermano Yáñez, el tigre blanco; un bravo guerrero sudanés llamado Alí Pachá, que había combatido a los ingleses y le llamaban “el león del Sahara”; y yo mismo, Sandokán, el Tigre de Malasia. Alí Pachá, que nos esperaba en Roma, nos daría las últimas instrucciones.

Le pregunté, pues que íbamos a combatir juntos, quién era él y qué hacía un mexicano entre los camisas rojas del heroico Garibaldi, y la historia que me platicó, en su mal francés y su tono pausado, merece ser contada:

El coronel Borrego nació en un remoto poblacho del desierto mexicano llamado El Gatuño, en el corazón de las extensas tierras de un extensísimo señoría llamado el marquesado de Aguayo. Borrego pertenecía a un pueblo de “rancheros” (labriegos, mejor dicho ganaderos en pequeños, de mediano pasar, diestrísimos en el uso de las armas y jinetees sin par, según me contó, aunque ya tendría ocasión de comprobarlo) que combatió con ferocidad, durante décadas, a los “guardias blancas” del latifundio, además de participar activamente en las incesantes guerras civiles de aquel desdichado país. También, contó combatió a los invasores de su suelo, los poderosos americanos (“aunque nosotros no los llamamos así”, me dijo) y un ejército expedicionario francés respaldado por voluntarios austriacos y belgas: como Yáñez, como yo, como el tal Alí Pachá, como el mismo Garibaldi, el coronel Borrego había combatido al imperialismo con las armas en la mano.

De entre las historias que contó, conviene rescatar una, tal como ahora la recuerdo:

“Una calurosa y polvorienta tarde del agitado verano de 1864, una caravana de traqueteados carromatos escoltada por dos o tres centenares de astrosos jinetes, entró a un poblacho perdido en el desierto del suroeste de Coahuila que, por no tener, no tenía claro ni su nombre. Eran el presidente Benito Juárez y los suyos que, huyendo de los franceses, pasaban por el pueblo de Matamoros en su camino de Monterrey a Chihuahua.

“El presidente Juárez dictó un par de decretos, dejó unas cajas de papeles viejos que venía cargando desde la ciudad de México y siguió poniendo desierto entre su gente y las caballerías del general Castagny. Para él fue solo un punto en el camino, pero su paso incorporó la región a la historia nacional. Los decretos firmados por Juárez dieron a los vecinos del poblacho los derechos a la tierra y al agua por los que peleaban desde treinta años atrás, acabando legalmente con la omnipresencia del latifundio. Los papeles que ahí quedaron eran parte del Archivo de la Nación que los labriegos de Matamoros y sus anexos, El Gatuño y La Soledad, custodiaron durante tres años a costa de (valga el lugar común) sangre, sudor y lágrimas.

“El presidente Juárez pidió al general Jesús González Herrera, caudillo de los vecinos de Álamo de Parras (hoy Viesca) y Matamoros, únicos pueblos libres de la región, que le recomendara un hombre de fiar para custodiar el Archivo, y el general le presentó a un ranchero de El Gatuño, Juan de la Cruz Borrego, quien con veinte compañeros defendió la cajonería de los franceses e imperiales cuando la zona se volvió teatro de la guerra de guerrillas apenas Juárez y sus hombres salieron para Mapim.

“Y es que los imperialistas creyeron que los cajones contenían parte de los fondos en metálico del gobierno, y la sed de oro de sus enemigos –los rumores terminaron por inventar un tesoro de fábula- convirtió a los rancheros de la zona en mártires y héroes: escondidos en cuevas, Borrego y sus compañeros sostuvieron los archivos contra legiones de aventureros de toda laya, destacamentos franceses, los inevitables apaches y asesinos sin más.

“Tres años defendió Borrego los escondidos cajones, perdiendo trece compañeros. Seis de los trece cayeron vivos en manos de aventureros de la Legión Extranjera del ejército francés, y fueron torturados hasta la muerte, sin que ninguno revelara el escondite de los cajones.

“Cuando los patriotas mexicanos triunfaron en su lucha contra los franceses, Borrego y seis de sus compañeros llevaron los cajones en carretas hasta la ciudad de México, doscientas leguas al sur de sus lares. Paradójicamente, el presidente Juárez había olvidado, en los azares de la guerra, que en aquel remoto pueblo del desierto había encargado parte del Archivo de la Nación a un puñado de rancheros, y nadie supo darle razón, hasta que casualmente encontró a un leal colaborador del señor Juárez que recordaba la escena.

“Entonces, el gobierno mexicano lo recompensó con el empleo de coronel auxiliar, y estaba a punto de volver a sus desiertos cuando el coronel Ricardo Arenciba reunió a varios veteranos de la guerra contra los franceses para luchar contra el mismo enemigo y por una causa libertaria y parecida a la de los mexicanos: la unidad italiana. A la sazón, el coronel Borrego era jefe de la “legión mexicana”, pues Arenciba, con otros paisanos suyos, estaba en París... de hecho, moriría ahí, luchando, otra vez, contra Bazaine, el jefe del ejército expedicionario francés en México, que unos meses después de los hechos que aquí narro, reprimió a sangre y fuego la Comuna de París”.

Durante tres días Borrego nos contó esas historias y nosotros le hablamos de Mompracem, ante la incrédula mirada de Ventimiglia, quien fumaba su pipa mirándonos con envidia. El cuarto día, un ayudante de campo de Garibaldi, el vizconde Medrado de Torralba, nos dijo que esa noche nos conduciría a Roma, solo a cuatro de nosotros, de modo que despaché a mis tigres a Pescara y me apresté, con Yáñez, Borrego y Ventimiglia, a introducirme a la ciudad, donde nos esperaba Alí Pachá.



III

El atardecer trajo una imagen singular, aunque las colinas de Roma han visto en los últimos tres mil años a tal cantidad de inesperados y extraños turistas, venidos por su propio pie u obligados, que nos habrán mirado con benevolencia.

Borrego, bajo de estatura y algo grueso, había dejado su uniforme y vestía un exótico traje de cuero con botonadura de plata, se cubría con un amplio sombrero mexicano (“charro”, dijo él) y de su cinturón colgaba, además de una especie de puñal que él llamó “cuchillo de monte”, un bien engrasado ejemplar de esos novísimos artefactos con los que Mr. Colt estaba revolucionando el mundo. En franco contraste, Ventimiglia vestía un fraq de corte impecable que resaltaba su aristocrática estampa. Sus bien cuidadas manos sostenían un elegante bastón que escondía un afilado estilete y un largo cigarro de Manila. Sobre el pecho lucía la insignia de caballero de la Soberana Orden Militar de Malta. Kammamuri y Yáñez, armados hasta los dientes, vestían ligeros trajes marineros de dril, sólo que mi hermano blanco se cubría con un sombrero Panamá, en cuyo centro lucía una esmeralda del tamaño de una nuez, y el valiente indio con un medio turbante blanco. Yo llevaba el turbante verde de quienes hemos visitado La Meca con una esmeralda gemela de la que Yáñez portaba. Naturalmente, cuando el capitán Medrado de Torralba nos vió, meneó la cabeza y masculló:

-Señores, así vestidos no pasaréis desapercibidos ni en Roma, pero en marcha ya, que se acerca la noche.

Habíamos esperado porque ese día era luna nueva y, como mis ojos ya no son los de antes, no puedo deciros cómo ni por donde entramos. Al pie de las derruidas murallas Yáñez tuvo que silenciar a un centinela, un zuavo de luenga barba, rompiéndole el cuello antes de que se enterara de nuestra presencia. Finalmente, en una amplia plaza al lado del río, Borrego le dio las gracias al capitán y lo despidió y, tan pronto se hubo alejado, nos condujo a un rincón de la plaza, llamando de cierta manera la puerta de una tabernucha, cuyo patrón, tras cambiar varias palabras con Borrego, nos llevó a un reducido salón situado detrás del mostrador en que bebían sujetos de siniestra catadura.

Un negro de mediana edad e impresionante estatura nos esperaba en el inmundo salón: era Alí Pachá, supimos cuando Borrego hizo las presentaciones de rigor. El negro nos sirvió un delicioso vino del Arno, que no hubiésemos creído posible en tan infecto lugar (y que mostraba que, como yo, era musulmán por cuestiones de patria más que de fe) y nos dio una alarmante noticia:

-Príncipe: por alguna de sus malas artes o quizá porque se oculta un traidor en nuestras filas, hemos sabido que la terrible Bastet está al tanto de su llegada al campamento de Garibaldi. Eso, de entrada, cancelaría la posibilidad de abatirla, pero luego de meditarlo, creo, más bien, que las aumenta, porque dedicará toda su atención a vuestra señoría y a sus acompañantes visibles, que serán el capitán Yáñez, el célebre Kamamuri y monseñor duque, digo si acepta vuestra excelencia –dijo esto, volteando a ver a Ventimiglia, que hizo un mudo gesto de asentimiento.

-Eso permitirá –añadió, tras dar un largo trago a su vaso- que el coronel Borrego se acerque a ella y la tome descuidada. De hecho, hemos falsificado unos documentos que presentan al coronel como enviado secreto del arzobispo primado de México, con mensajes urgentes para Su Santidad, de modo que se introducirá en la corte pontificia en la que figura, como una joya sin par, la temida Bastet.

-Mientras tanto, vuestra señoría, como príncipe soberano, será presentado a Su Santidad por el duque de Pescara, que es unionista pero buen católico. Buscaremos la manera de que en la presentación se acerque a Bastet, a quién monseñor duque conoce, pues lleva el nombre de una de las más ilustres familias italianas. Pero esas instrucciones las daremos luego: entre tanto, yo seré el enlace entre el coronel Borrego y ustedes, que deberán hospedarse en el hotel de Pescara, pues su estancia en la ciudad será pública.

Yañez como de costumbre, comenzó a preguntarse como la Bastet se habia enterado de nuestra presencia en la ciudad, y por supuesto que se propuso averiguarlo, nos dirigimos por el momento a buscar la estancia que el Sudanes nos habia preparado. El conde al final, no acostumbrado a dormir mas que solo, escogio la estancia mas grande, Yañez mi hermano blanco, y yo tomamos la otra, y el Coronel Borrego y el viejo Kammamuri, tomaron la ultima Ali pacha dijo que el velaria la noche en el salon, esperando mas informes sobre la ubicación de la Bastet.

A la mañana siguiente, Borrego se dirigi’o