viernes, 16 de mayo de 2008

A DUERME VELA.


Hoy que te vi por la mañana, te me quedaste atorada entre ojo y corazón, no se por que, sin embargo aquí estas y no te pude sacar de mi cabeza.

He pasado varios días tratando de indagar que pasa por tu cabeza y por tu corazón, he hecho desde las más absurdas suposiciones hasta las más brillantes conjeturas, sin embargo, al final siempre llego a ese callejón sin salida que son tus ojos profundos, que me miran pero no me hablan.

Se que me vas a decir que a mi que me importa y tal vez tengas razón, es una mala costumbre la que tengo de tratar de entender todo y a todos , sabiendo que a veces es mejor comprender y retirarte con el buen sabor de boca de no meterte en los asuntos de los demás.

Por el otro lado se que amas con pasión y con entrega, para eso no necesito ser un genio, se que tienes miedos y sin sabores. Se que te han herido y que seguramente como cualquier otro ser humano has herido. Eso ni me asusta ni me sorprende al final, todos estamos en el mismo camino, que tiene varias caras; Unas blancas y otras negras.

Te he visto caminar con la seguridad de la mujer a la que no le importa lo que digan los demás, se sabe bella por que es ella misma.

Sabes perfectamente que atraes mi mirada y no giras la cabeza, sonríes con la seguridad de que me tienes atrapado en una fina red formada por tus ojos, por tu cadencia al caminar y por tu modo de sonreír, sabes que aunque me hago pendejo (agotadora y vana tarea) solo doy vueltas a tu alrededor, como abeja en busca de la flor.

Sabes que me quitas el sueño y que me haces pelotas la razón, que cuando pienso que ya entendí algo te encargas de hacerme ver que en realidad, no entiendo nada.

Con tu sonrisa confundes a mi razón y con tu indiferencia a mi corazón.


Afortunado el que descanse en tu mirada y repose su cabeza en tus brazos.

Afortunado aquel que se duerma arrullado por tu respiración.

Afortunado aquel que comparta tus risas y que limpie tus lágrimas.

Afortunado aquel que como sediento fedayin, encuentre en tus labios su oasis y en tus brazos la sombra en la que repose su corazón.




Carlos Carvallo

Por nombre de batalla Garatuza

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta tu retórica poética, a decir verdad se trata de un sentimiento hecho narración, me imagino que fue algo intenso que sentiste por alguien.