lunes, 30 de julio de 2012

Ayer soñé que era novelista.


Como siempre, mi imaginación  se  dispara en los sueños, no se por que despierto nunca ando imaginando fantasías; eso sí nada mas me duermo e imagino cosas bien extrañas o cosas terroríficas o de plano fantasías inimaginables.

Ayer que me dormí,  soñé que era novelista, pero no cualquier novelista, era yo alguien especial.  yo veía con mis propios ojos mi novela, digo no se si exista un termino literario para cuando el narrador ve todo externamente y ademas nadie lo ve, una onda como el observante invisible del que hablaba  Marvin Harris. 

Recuerdo que se trataba de una pareja o unos enamorados que se re encontraban después de mucho tiempo de haberse visto, el regresaba de un viaje largo por las comarcas olvidadas del mundo, ella  mientras tanto se había casado y separado. El no recordaba casi nada en especial de ella, solamente que alguna vez vivió enamorado de ella en sus días de escuela, pero que nunca se atrevió a confesar lo inconfesable. ( yo mientras tanto, corría detrás de ellos para no perderme nada de la historia, creo que como que me daba algo de compasión-hueva la situación) 

Era una historia tipo novela de  esas que salen atrás de las revistas de mujeres. pero yo estaba encantado por mi sueño de novelista, por lo que de pronto escribía otro capitulo o hacía un par de poemas para la novela, ademas se me olvido mencionar que yo estaba en todas partes donde estaban ellos, cuando caminaba ella mirando al piso preguntándole donde había estado,  viajando en el asiento de un lado de el en un autobús, era divertido por que ademas yo podía leer sus pensamientos  y era así como le iba dando forma a mi novela. 


En algún punto de la historia, ya borrosa en mi memoria a estas horas, el vuelve a partir en otro viaje largo, ella ( y yo de ribete)  lo despide con un abrazo largo, en la orilla de un camino terregoso, el con su mismo andar cansado, su mochila raída, sus zapatos manchados de lodo y su barba de tres días; le dirige una intensa mirada, esas miradas que dicen mucho sin necesidad de palabras, de esas que te muestran un mundo sin haber pasado de tus ojos, que trasmiten tristeza sin haber llorado.

Yo me siento triste también, y al intentar abrazarla ella voltea y yo me despierto...