lunes, 6 de agosto de 2012

Capitulo 2. Por el que soy, por el que fuí, por el que nunca...



Dante y sus andanzas.


Ya el post pasado, me había acordado del pequeño Dante, ayer volví a verlo mientras caminada tranquilamente por  el barrio de la Conchita, mientras caminábamos después de saludarnos, me contó otra de sus historias, recuerdo claramente que le dije, pues mira que siempre has sido un enamorado! que escondido lo tenías detrás de ese rostro pétreo y de ese desdén patológico! Solo se sonrió con esa mueca tan suya, que es boca torcida sin llegar a ser sonrisa. me contó también que si efectivamente antes su vida era muy diferente, que su juventud y niñez se parecía a la de muchos de todos nosotros, sin grandes  problemas y mucho mucho juego, pero que a veces a algunos, la vida les da ciertos golpes de timón que los llevan por caminos desconocidos e inciertos, a si le pasó a el y - veme aquí- me dijo, señalando sus sucios zapatos, su chamarra de piel desgastada, sus pantalones deslavados, su exigua cartera, su cabeza con canas y arrugas prematuras- de esas que nos salen  no por mal vivir, si no de tanto caminar y tanto ver- una vieja mochila - esa se la conozco desde hace años.- y las manos  en la hebilla del cinturón descarapelado, como si sus manos le dijeran al mundo, aquí sigo a pesar de todo y de todos.

Cuando podemos nos vemos en este parque, caminamos y damos vueltas como abejas afuera del panal, cuando nos aburrimos de la vista repetida una y otra vez  caminamos hasta el parque de Churubusco, donde siempre nos detenemos extasiados a ver el convento,  Dante siempre se queda en una banca, contemplando los cañones y el monumento a John  O´Reilly y sus 200 irlandeses, - otro trasterrado  dice el. ya para este momento, ambos vamos  con un café en las manos, del pequeñísimo local que se encuentra a un costado de la calle, con una señora francesa media loca que cada que nos ve nos regala un par de galletas y le sonríe picaramente a Dante. 

Uno nunca sabe para que  viene a este mundo.- me dice entre sorbo y sorbo de café- por eso enamorarse está dentro de las cosas más increíbles. cuando sucede por primera vez y el resultado es un desengaño, pues ya te imaginaras que se va formando una idea de lo que le puede esperar a uno de allí en adelante. 
Le pido que me cuente mas historias de su vida y se queda mirando hacía la pared con las aun visibles marcas de los disparos de la batalla de 1847, y donde me cuenta, fueron tomados prisioneros las diezmadas filas de ese batallón de San Patricio; yo ya leí todo lo que debía saber de esa historia, pero me gusta escucharlo a el, por  la pasión que pone en reconstruir todos y cada uno de los momentos de ese 20 de agosto de 1847,  pareciera que cada  hueco de bala en la pared es una ventana a ese día, que cada cañón le cuenta la historia que vivió en esa batalla. por eso me gusta venir con el aquí, aunque siempre me cuente la misma historia. 

Poco después,  y ya muy cercanos al medio día, me cuenta una historia suya, ya no recuerdo cuando fue ni por que fué, pero se encontraba el de visita por la hermosa ciudad Italiana de Perugia. como en todas sus historias, Dante me contó que después de llegara Italia, sin un solo conocido, sin destino aparente y sobretodo con una bolsillo muy limitado, se hizo amigo de una agradable muchacha italiana, que  después de algunas horas de conversación le ofreció rentarle por espacio de unos días una habitación a bajo costo en esa ciudad. Dante aceptó, ya que  revisando su libreta de viaje, se enteró que había museos, sitios arqueológicos, una pintoresca ciudad medieval y  el mejor vino del centro de Italia.  la  mujer, Mariela, se revelaba como un maravilloso Cicerón,  estaba de vacaciones, era bastante amable y bonita, hablaba la parla castellana con facilidad  y conocía de cabo a rabo la ciudad, así que aceptó sin mas dilaciones y pagó al momento su primera semana de estancia. La casa era un pequeño apartamento en la zona del centro histórico de la ciudad, y a algunas cuadras solamente caminando de la plaza  4 de octubre, y de la universidad para extranjeros, su habitación no ofrecía nada de particular a excepción de una pequeña ventana de madera  hacia la zona boscosa de la ciudad- una hermosa vista, pensó Dante- 

Después de algunas horas de estar escribiendo en la pequeña mesa de la habitación y al percatarse de que la "temeraria" con el llamaba a su pluma, regalo de papa Ramírez.  se le había acabado la tinta, le preguntó a Mariela que preparaba café en un extraño artilugio, dónde podría conseguir tinta para la temeraria. Mariela le dijo que ella saldría en una hora hacía el trabajo y que de camino podía mostrarle donde comprar lo que necesitaba, la acompañó con el café y mas tarde comenzaron a bajar la  sinuosa calle para dirigirse al centro. 
De camino al centro de la ciudad se toparon con un pequeño grupo de chicas que saludaron amistosamente a  Mariela,  Dante solo  las observaba hablar extasiado por la velocidad de la lengua y lo musical del acento; una de ellas. -la mas bonita por cierto-  de rubios cabellos, ojos azules y mirada alegre, tenía muchos mas trabajos que las demás para seguir la conversación, por lo que Dante dedujo que no sería  de esas tierras tampoco; poco después los presentaron: - Dante, lei e Agness da gli stati uniti; Agness lui e Dante dal Messico.-  esos ojos los recordaría toda la tarde, muchacha agradable y bonita, americana como defecto pero de buenas maneras. 
Después de recorrer  el pizzofalcone, el museo arqueológico y de comer macarrones con queso cocinados en el microondas de un maldito restaurante para turistas gringos, comenzó a caminar para regresar a casa, pensando que aún tenía un par de meses antes de comenzar la verdadera estancia en ese país, y que mientras vería lo que pudiera por la zona tratando de no gastar todo su presupuesto.
Al llegar a casa ya entrada la noche, se encontró con que Mariela se disponía para salir acompañada de la rubia de ojos azules que había conocido en la tarde, la saludo, contento por el encuentro.- que bonita se veía ya mas arreglada que cuando la  conoció-  lo invitaron cordialmente a salir con ellas a un bar brasileño, él declinó la oferta amablemente argumentando que había visto en su libreta de viaje que había muchos pueblitos pintorescos en los alrededores de la ciudad y tenía ganas de ir a conocer algunos, por lo que deseaba despertar lo mas temprano posible con la intención de aprovechar el día. 

A la mañana siguiente y aún con rastros del "jetlag" Dante decidió meter un par de paquetes de galletas en la astrosa mochila de mano, servirse un café y pasar al baño antes de desaparecer durante todo el día viendo pueblitos. se llevó una hermosa sorpresa cuando se encontró que en la cocina, con  un café en la mano y en pijama aún se encontraba la americana de los ojos azules, revisando una enorme guía turística de Italia. -Hola que tal,  buenos días - saludó el lo mas despreocupadamente que pudo- Hola! - contestó ella con un efusivo gesto- ¿dormiste bien? ¿quieres un taza de café?  el acepto sin hacerse mucho del rogar, y comenzaron a platicar largo y tendido; así fué como se enteró que ella era estudiante de intercambio, que llevaba apenas un par de semanas en la ciudad, que vivía en esa casa con Mariela! y que los fines de semana ella aprovechaba para salir a conocer los lugares mas cercanos.
Dante, pensó que era curioso que no se hubiera percatado que ella vivía allí, se rió para sus adentros, y le preguntó acto seguido que que pueblo le recomendaba visitar primero ya que el estaba en la misma situación que ella respecto a visitar los lugares cercanos, Ella iría a Asissi, donde había nacido  San francisco de Asís, y añadió que si gustaba podrían ir juntos, sería mas divertido ir en compañía de alguien y mas barato comer. 
Dante pensó que era una buena idea, inmejorable compañía de esos ojos azules y en la guía de Agness aparecía un curioso castillo de 1400, algo digno de ver supuso, así que acepto sin mas preguntas. 

Este momento  en donde decides algo tan trivial en apariencia - me dijo Dante con los ojos entornados por el sol, que ya caía a plomo sobre nuestras cabezas-  son esos golpes de timón que te decía hace unas horas, pareciera que decir si o decir no, no tiene consecuencias mayores que el momento inmediato posterior al tomar esas decisiones, sin embargo te lleva hacia unos caminos que ni imaginas - dice agitando la mano con ese gesto que quiere decir  lo mismo Ups, como ya la cagué- A veces - me dijo-  desearía haber dicho no al paseo, por que fue el inicio de una etapa maravillosa y terrible al mismo tiempo. Nos conocimos un poco mas en ese viaje, hablamos reimos, vimos iglesias en ese fin de semana y en los subsecuentes durante un buen tiempo, se fué ella a Roma, me fuí yo, nos vimos todos los días, me atrevo a decir que nos enamoramos, convivimos muchas cosas juntos, lloramos de risa, nos contamos nuestras vidas, nos abrazamos, dormimos, nos despertamos, seguimos viajando, nos fuimos a vivir juntos, yo pasé de la tierra al cielo, mis amigos no lo creían ( aunque nunca tuvo muchos) unos me felicitaban y otros se preocupaban, Mariela me decía que por favor no me hiciera muchas ilusiones, ya para este entonces era una querida amiga también.
Un buen día, Agness llegó mas tarde que de costumbre, Dante la había estado esperando como siempre en el café de la esquina para caminar juntos a casa y ayudarle a cargar sus pinturas y pinceles; venía con la luz de los ojos opaca, la mirada perdida. las manos frías a pesar del clima veraniego. Dante supo inmediatamente que algo había pasado, que no era normal. tenía miedo de preguntar, no sabía que decir ni que pensar. 
Agness estaba silenciosa, cocinó algo para cenar los dos y sin mas se metió a la ducha, fuera de las palabras normales durante la comida no dijo mas. Dante estaba preocupado, nunca la había visto así, las palabras de Mariela vinieron a su cabeza "no te entusiasmes demasiado" dejó de pensar y se acostó a su lado. 
Así pasaron las semanas, Agness poco a poco cambiaba, llegaba cada vez mas tarde, convivían menos, incluso hacían el amor con menos frecuencia, ella se había vuelto taciturna y silenciosa. 
Un  viernes que la calle hervía  de gente  por las cafeterías y los restaurantes de la zona, Dante caminaba como acostumbraba, le gustaba caminar por allí, empaparse de la vida romana, de su gente y de sus historias; en ocasiones y cuando no había clientes, hablaba con el dueño de la trattoria de la esquina, era un tipo igualitito a Robert de Niro - me dijo con cara de sorpresa-  y que además de eso hacía las pizzas mas ricas que el había probado.  al llegar a la esquina de su edificio, vió a lo lejos a Agness caminando hacia la puerta, despidiéndose de una persona en un auto, trató de alcanzarla para subir juntos y cuando llegó a la puerta y Agness lo vió, cerró de un portazo  y lo dejó con un palmo de  narices en la mano y con una sorpresa mal disimulada, a la persona del auto, nunca la vió. - ni me interesó verla, me dijo, algo me decía que era todo lo que yo deseaba que no pasara.-
Cuando logró entrar en la casa  se encontró a Agness encerrada en la habitación, por mas que el la llamaba no le abría, solo escuchaba los sollozos amortiguados por la puerta.- maldita sea mi estampa y por que nunca le enseñé a hablar en español, pensó  Dante, que difícil es preguntar o pelear en otro idioma- Cuando por fin abrió se decidió a hablar, y fue como un río desbordado, lo dijo todo sin quedarse con nada en la chistera, le confesó que tenía un par de meses de salir con la persona del auto, que era mesero y era frances que la había invitado a irse con el a París, que ella siempre había soñado con algo así, que no sabía como había pasado. que al principio era feliz con el, pero que sin saber como,  las cosas habían cambiado, que era mejor hablar con la verdad y que ese día venia dispuesta a contarle todo, pero no de la manera que había pasado. 
Dante se quedó de una pieza, otra vez la misma historia sintió que el mundo le daba vueltas, que el suelo se abría bajo los pies, mejor decidió sentarse y cerrar la boca, no la abrió durante 4 dias, hasta que Agness terminó de empacar sus cosas y con un beso en la mejilla y  lagrimas en los ojos lo dejó sentado en una silla frente a la puerta de su pequeño departamento. 

Varios años tardó Dante aun dando vueltas por el mundo, y ahora que ha pasado bastante tiempo, se acuerda de Agness, me cuenta que se escriben de vez en cuando para saludarse, que ambos se han mandado regalos en los días de sus cumpleaños, ella le envió a el un recetario de cocina antiguo de nueva Inglaterra, el le mandó unas fotografías de Frida Kahlo.  su historia con el galopín frances terminó mal - me cuenta, aunque nunca tuve el valor de preguntarle por que ni cuando- es como dice Dante, una amiga extemporánea a la que no se le pregunta detalles muy concretos de la vida por que pueden ser dolorosos para uno mismo. 
Se levanta lentamente de la banca del parque, me dice que le caga hablar conmigo, que siempre tengo la habilidad para recordarle los momentos jodidos y dejarlo sumido en el silencio y los pensamientos abyectos, yo le contesto: - nada de lo que me cuentas, lo he preguntado yo, todo ha salido sin necesidad de  preguntar- Se lleva la mano al bigote  de dos meses que se carga, lo atusa como lo he visto hacer en otras ocasiones, cuando esta por salir un insulto o un puñetazo. no sale ninguno de los dos, solo me mira con esos ojos de desprecio que pone cuando quiere hacer sentir mal a alguien-  a mi no, ya lo  conozco demasiado- solo escupe el resto del cigarro que había estado fumando horas antes, el escupitajo cae a pocos centímetros de mis pies, lo miro y vuelvo a mirarlo a el - Dante que insolente te has vuelto últimamente, pienso para mi. poco después y como siempre, se aleja caminando sin decirme adiós, ni cuando nos volveremos a ver.- el es así, llega como la brisa y se va como tal- de todos modos sabe que no tiene que hacer nada mas que mirar si necesita encontrarme.