martes, 8 de septiembre de 2009

la ultima morada de juan sin tierra






Desde hace algunos años en los que accidentalmente fui a dar a Grecia en especifico a unas islas se me metio en la cabeza la idea de algun dia trasladar mi humilde persona hacia estas tierras de eterno sol, mar tranquilo y sobretodo gente alegre y sencilla habitantes de una tierra milenaria, como proyecto de vida me di a la tarea de en el futuro espero no muy lejano, comprar una pequeña casa blanca, en estas regiones del mundo y asi la imagine.



Mi blanca casa.


mi casa, se encuentra en una pequeña callejuela que sube desde el puerto de los pescadores, en la parte frontal de la casa, hay una pequeña jardinera donde esta plantado un durazno joven y verde que te da la bienvenida en una puerta de arcada de yeso y de puertas azules como el mismo mar.

Al entrar, me encontré con un pequeñito patio rectangular con una fuente pegada a una de sus paredes, un pequeño triton emana de la parte central de esta fuente, mientras contrasta sus blancos acabados con el embaldosado del piso color arena; por las paredes alrededor de la fuente crecen sin descanso los dos viñedos que como enamorados se entrelazan en el fin de la pared; en una esquina se encuentra un hermoso horno de pan hecho con ladrillos color de rojo que hacen saltar la vista y abrir el estomago a las delicias de su interior; Alrededor del patio, se encuentra la cocina con los muebles color azul, una pequeña mesa circular y un embaldosado color blanco, con un par de amplias ventanas que dan hacia las montañas y el valle de la isla; siguiendo por la florida cocina de la cual a la entrada cuelgan un manojo de tomillo, albahaca y ajos que aromatizan a tu paso el cuadro en el que acabas de entrar.

la sala, de la casa, es el lugar mas acogedor, al frente de una pequeña estufa de hierro colado que sirve para sobre llevar los pocos inviernos de la región aunque estaré seguramente en mis otoñales años; los muebles estilo indios, tejidos con el mimbre de la región, seran color blanco como el cielo de la isla en las mañanas de primavera. la habitación ´principal, tiene sus pisos color blanco asi como sus paredes, adornada unicamente con la belleza del color o de la ausencia de tal y su par de ventanales que dan a la terraza de la casa, la cama por otro lado es color azul rey, con su mosquitero blanco, los muebles del mismo color entonan la casa entre este cortejo de mar azul y arenas blancas, la terraza, sera el lugar ideal de recreo con la brisa del mar y la vista hacia el oceano azul, marco literario ara la odisea de mi propia vida.

la biblioteca, unico espacio, con cristales, sera el refugio de mis años, rodeado de mis libros y de las aventuras y desventuras, sera por fin un espacio para no como esto, remedo burdo de literatura de pasquín, pueda entregar horas al estudio y escritura de una novela sin final aparente. El cuarto de visitas es opcional y evidentemente llegará o habra un espacio para los probables hijos aun sin haberlos pensado como posibilidades de compañia habitual de gritos y carreras.


Esta es mi casa, por lo menos en mi imaginación... aun.