A DUERME VELA.
Hoy que te vi por la mañana, te me quedaste atorada entre ojo y corazón, no se por que, sin embargo aquí estas y no te pude sacar de mi cabeza.
He pasado varios días tratando de indagar que pasa por tu cabeza y por tu corazón, he hecho desde las más absurdas suposiciones hasta las más brillantes conjeturas, sin embargo, al final siempre llego a ese callejón sin salida que son tus ojos profundos, que me miran pero no me hablan.
Se que me vas a decir que a mi que me importa y tal vez tengas razón, es una mala costumbre la que tengo de tratar de entender todo y a todos , sabiendo que a veces es mejor comprender y retirarte con el buen sabor de boca de no meterte en los asuntos de los demás.
Por el otro lado se que amas con pasión y con entrega, para eso no necesito ser un genio, se que tienes miedos y sin sabores. Se que te han herido y que seguramente como cualquier otro ser humano has herido. Eso ni me asusta ni me sorprende al final, todos estamos en el mismo camino, que tiene varias caras; Unas blancas y otras negras.
Te he visto caminar con la seguridad de la mujer a la que no le importa lo que digan los demás, se sabe bella por que es ella misma.
Sabes perfectamente que atraes mi mirada y no giras la cabeza, sonríes con la seguridad de que me tienes atrapado en una fina red formada por tus ojos, por tu cadencia al caminar y por tu modo de sonreír, sabes que aunque me hago pendejo (agotadora y vana tarea) solo doy vueltas a tu alrededor, como abeja en busca de la flor.
Sabes que me quitas el sueño y que me haces pelotas la razón, que cuando pienso que ya entendí algo te encargas de hacerme ver que en realidad, no entiendo nada.
Con tu sonrisa confundes a mi razón y con tu indiferencia a mi corazón.
Afortunado el que descanse en tu mirada y repose su cabeza en tus brazos.
Afortunado aquel que se duerma arrullado por tu respiración.
Afortunado aquel que comparta tus risas y que limpie tus lágrimas.
Afortunado aquel que como sediento fedayin, encuentre en tus labios su oasis y en tus brazos la sombra en la que repose su corazón.
Carlos Carvallo
Por nombre de batalla Garatuza
1 comentario:
Me gusta tu retórica poética, a decir verdad se trata de un sentimiento hecho narración, me imagino que fue algo intenso que sentiste por alguien.
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